RELATO

MI SANTO GRIAL

Desde muy niño he sentido verdadera pasión por los libros, tanto en su forma como en su fondo. Hace muchos años leí, en una página de la obra ”Prométeme que serás libre”, que los libros tienen cuerpo y alma. Y creo que es cierto.

Lo que voy a contar no me lo he inventado yo sino, más bien, me ocurrió a mí hace un año. El caso es que en la década de los años noventa se publicó un libro muy interesante: “El Caballero del Verde Gabán”. En este trabajo el autor ponía de manifiesto la verdadera identidad de Don Quijote de la Mancha, que, para él, estaba enterrado, junto a su esposa, en la cripta del Monasterio de Guadalupe, en Cáceres. Teniendo como punto de partida dichas tumbas se embarca en una emocionante aventura buscando por todos los rincones de España descendientes del personaje enterrado en la cripta.

Desde el primer momento que salio el libro este servidor de ustedes intentó buscar el libro por las mejores librerías de Madrid. No tuvo ningún éxito. En todas partes en las que pregunte referencias sobre este título me dijeron que no podría encontrarlo porque estaba descatalogado. Siempre me indicaban que buscase en librerías especializadas en libros ya descatalogados. Durante más de veinte años estuve buscando aquel libro que, para mí, se convirtió en la búsqueda de mi Santo Grial particular.

Desesperado de no poder hallarlo buscando de tienda en tienda, opté por consultar en Internet referencias sobre él. Probé suerte en un par de páginas de buscadores de libros pero,  Desgraciadamente, no encontré ningún ejemplar disponible. Hace ahora un año, simplemente por probar si sonaba la flauta por casualidad, me metí en otra página de buscadores de libros, de la que desgraciadamente no recuerdo el nombre. Cuando teclee el titulo del libro, y después de unos segundos interminables de espera, apareció a mi derecha un cuadro de diálogo que me decía que ese libro, precisamente ése, se había hallaba en la librería Alzofora, en la localidad donde vivo, Alcorcón.

Me llevé un grata sorpresa por dos motivos; primero, porque por fín, después de tantos años esperando, tenía una pista; y segundo, porque la librería a la que hacían referencia, Alzofora, es mi librería de cabecera, esto quiere decir que soy no sólo un cliente habitual del establecimiento sino que tengo el honor de ser amigo tanto del propietario como de la dependienta, que se llama Guadalupe.

Al día siguiente de haber hecho aquel descubrimiento, que era sábado, me encaminé a la calle donde estaba la tienda y pregunté por el libro en cuestión. Cuando cité el título, el propietario del local me dijo que, efectivamente, el libro estaba allí. A los pocos segundos, este hombre bajó por una escalera hasta la trastienda donde guardaba los libros, y, después de unos minutos que a mí me parecieron eternos, subió por la misma escalera trayendo, en la mano derecha, el libro tantos años buscado. Traía mi Santo Grial. Por fín lo había encontrado. Entonces yo, sin poder articular palabra le dije al propietario una simple frase: “Me ha hecho usted un hombre!”

Ahí acabó una búsqueda de más de veinte años. Ni que decir tiene que me puse a devorarlo ese mismo día, empapándome bien de su sabiduría.

Espero que os halla gustado mi pequeño relato, que, como tantas películas, está basado en hechos reales.

EL ESCRIBANO (CEE)